viernes, 15 de octubre de 2010

San telmo II

Gracias a los amigos que nos acompañan

En cierta forma podemos decir que aquí empezó nuestra cultura, nuestra historia.

Aquí se realizaron las dos fundaciones de Buenos Aires. La primera con la llegada de Pedro de Mendoza para 1536, que le dio el nombre de Santa Maria de los Buenos Aires, un fuerte precario que tuvo una penosa y corta existencia, por la hostilidad de los querandíes y por enfrentamientos entre los jefes colonizadores.

Fue Juan de Garay que venia por tierra desde Asunción del Paraguay, quien en 1580 la refundò con el nombre de Santísima Trinidad y puerto de Santa Maria de los Buenos Aires, según el cronista y soldado alemán Ulrico Schmidel, la expresión Buenos Aires, era una alusión a buenos vientos y desde el punto de vista de un navegante tiene bastante sentido.

Esta zona del barrio se extiende de norte a sur, desde el parque Lezama hasta la actual Av. Independencia. Se considera que los marineros de Mendoza entraron por la actual calle Chile y en la parte más alta, donde se encuentra el parque fue fundada la ciudadela, mientras que Garay lo hizo unas cuadras más al norte, siempre paralelo al gran mar dulce Rápidamente se otorgaron tierras y medios de subsistencia como vacunos y caballos para asegurar el arraigo y evitar las malas experiencias de la primera fundación.

Así con pocas cosas se fueron ubicando los primeros vecinos, quienes dependían de los frutos de la tierra para la supervivencia, los vacunos deambulaban por las pampas y de ellos se obtenían sus cueros sin pensarse aún en una fuente de ingresos

Buenos Aires desilusiono a los primeros colonos porque aquí no encontraron metales preciosos, sin embargo para fines del siglo XVII vieron que este puerto podría ser un punto clave para todo el territorio conquistado por la corona española

La salida al mar le daba posibilidades económicas así que no se tardó en ver la necesidad de la construcción de una aduana y de un puerto, por otra parte era necesario proteger a la ciudad de dos problemas, el contrabando y posibles invasiones.

Las condiciones geográficas no eran las mejores, la costa presentaba una profusa arboleda y pajonales que impedían avistar el acercamiento de cualquier embarcación, la falta de aduana hacia que no hubiera controles y se diera ingreso a mercancías de contrabando perjudicando al Cabildo

En este contexto los oficiales reales de Buenos Aires (contador y tesorero) elevaron el petitorio al rey. Con la aprobación de su majestad y la colaboración de los vecinos, aquí en los altos de San Telmo se terraplenó y se edificó la aduana con un espacio para la guardia y un lugar apropiado para almacenar los decomisos.

Con aduana Buenos Aires daba lugar a variadas actividades comerciales, sustentadas más por las mercancías que llegaban y no por las que salían de puerto

Un testimonio de la época da buena cuenta de las preferencias laborales de los recién llegados, este dice: No hay por aquí español por miserable que sea, que al poner el pie en tierra, no eche mano de peluca y espada, desdeñando toda ocupación que no sea la de comerciante…”

El hambre era recurrente, la población esparcida a lo largo de la costa se ocupaba de menesteres humildes, como la pesca o acarreo del abastecimiento de la ciudad. Por registros del siglo XVIII había 23 pulperos, 27 marineros 28 soldados, 11 propietarios, 9 clérigos, 3 maestros, 3 estudiantes, 2 médicos, 1 abogado.

Casi no había peones para sembrar o levantar una cosecha.

Sin cosecha la falta de alimentos y hambre era lo cotidiano, se llegó a tal extremo que el Alguacil Mayor dio orden de reclutar peones españoles, mestizos, negros y mulatos, formar cuadrillas para levantar cosecha.

Aparentemente se estaba formando el reino de los opuestos, un territorio sin metales preciosos y sin moneda, pero dedicado al comercio y un territorio virgen y extenso, donde había que obligar a la gente a explotarlo

domingo, 1 de agosto de 2010

lunes, 26 de julio de 2010

San Telmo

Parte I

San Pedro Telmo, así fue identificado este barrio de unas 18 manzanas de calles rectas, y parcelas con forma cuadrada. Paseo obligado para todo visitante de la ciudad, pues aquí convive el pasado colonial con el hoy

Hay mucho para ver y hacer aquí se respira una atmósfera diferente no hay otro lugar como este en Buenos aires.
Se conservan casas de más de 200 años, sencillas con parades de adobe, y a la vez casonas recicladas convertidas en galerías de arte, rincones bohemios que aunque modernizados mantienen el clima de antaño. Ejemplo de ello pueden ser la casa mínima, una micro casa de dos plantas en el pasaje San Lorenzo380, que se cree perteneció a un esclavo liberto, la casa del pintor Juan Carlos Castagnino, quien vivió y tuvo su taller de pintura sobre la calle Balcarce 1016 la que se puede visitar, y que fue construida en el siglo XVI

Numerosas casas de antigüedades recuerdan las diferentes épocas, las prósperas y las difíciles. Es posible encontrar cosas impensadas para hoy, que vivimos lo digital e Internet. Artesanos por doquier callejeros o no, dedicados a trabajar cuero, alpaca, bronces o cobre. Uno puede conseguir, mates, bombillas, carteras, calzado y ropa de los
años ’20 o los ’30: zapatos, sombreros vestidos, calzado de hombre y mujer para bailar tango y zapatos coloridos de artistas circenses y seguro que me queda alguna extravagancia por mencionar.
El otro tema relevante, es el Tango

Tango y San Telmo son indisociables, cualquier visitante puede disfrutar de improvisadas orquestas montadas sobre una calle empedrada o escuchar en una esquina un guitarrista, solitario, con cuerdas algo flojas, que evoca un tango de esos que cantaba Gardel y con su traje oscuro a rayas y fungi, el sombrero “del guapo porteño”.

Si nos alcanza la noche no es problema, el clima se acentúa pues habrá mas bailarines que invitan a bailar y están dispuestos a enseñar la complicada danza a quien se anime.

Si el paseo resulto largo hay lugares bien ambientados para todos los gustos, la picada con cerveza, un cafecito, o una cena: parrillada, empanadas y vino tinto . Todo pensado para que la visita al barrio de San Telmo sea inolvidable y nos deje con ganas de una próxima visita con amigos…..


Otra cosa que hace interesante a este barrio es su historia, pues aquí se realizaron las dos fundaciones de Buenos Aires. La primera con la llegada de Pedro de Mendoza para 1536, que le dio el nombre de: Santa Maria de los Buenos Aires, ciudadela o mejor dicho un fuerte precario que tuvo una penosa y corta existencia, por la hostilidad de los querandíes y por enfrentamientos entre los jefes colonizadores.

Fue Juan de Garay que venia desde Asunción del Paraguay quien en 1580 la refundò con el nombre de: Santísima Trinidad y puerto de Santa Maria de los Buenos Aires, según el cronista y soldado alemàn Ulrico Schmidel, la expresión Buenos Aires, era una alusión a a buenos vientos y desde el punto de vista de un navegante tiene bastante sentido.
Esta zona del barrio se extiende de norte a sur, desde el parque Lezama hasta la actual Av. Independecia. Se considera que los marineros de Mendoza entraron por la actual calle Chile y en la parte más alta, donde se encuentra el parque fue fundada la ciudadela, mientras que Garay lo hizo unas cuadras más al norte, siempre paralelo al “mar dulce” Rápidamente se otorgaron tierras y medios de subsistencia como vacunos y caballos para asegurar el arraigo y evitar las malas experiencias de la primera fundación.
Comienzo dificil , duro y bastante decepcionAnte ya veremos porque....